Es conocido el hecho de que el fragancia tiene la capacidad de convertir el estado anímico y las acciones. Por tal razón, poco a poco más, en las instalaciones hoteleras, cadenas, casas rurales, hoteles y alojamientos con encanto, se está imponiendo el aroma propio como  elemento de conexión con el visitante o bien turista. Aun se llega a suministrar la opción de que cada usuario escoja el aroma de su habitación.

Sin embargo, no solo se debe buscar el factor olfativo que efecto mayor de bienestar suscite en el cliente del servicio. Asimismo es definitivo lograr un recuerdo sensorial que perviva y también identifique en el visitante la marca del establecimiento o bien cadena hotelera. Acá la elección personal se mueve en un campo en el que la consciencia acostumbra a estar determinada por las experiencias de la precedente estancia y el empleo, mas asimismo por los recuerdos latentes o bien tácitos, como es el caso de los olores, que asimismo gravitan sobre tal elección.

Pongamos que buscamos en Internet un hotel en una zona determinada, playa o bien montaña. Está claro que el costo de la habitación y las fotografías de las instalaciones, cuando la localización geográfica ya está determinada, producen la primera selección de opciones entre aquéllas que se decidirá. Cuando hay un recuerdo aromatizado, en el caso de una cadena o bien marca, este puede determinar la resolución final. Mas mayor fuerza tiene el mecanismo asociativo si se trata de regresar a una misma localidad o bien región. Ahí la rememoración olfativa puede actuar como un disparador prácticamente automático a favor de nuestro establecimiento hotelero.

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