En la industria turística, a nivel del mundo son miles las empresas start-up que nacen, se desarrollan… Y muchas de ellas terminan muriendo. Los motivos de esa corta vida pueden ser múltiples, mas por lo menos podemos identificar 7 razones primordiales que explican el descalabro. No solo eso, asimismo podemos aprender valiosas lecciones de esas experiencias erradas, conforme recoge un proyecto de investigación financiado por la UE.
El proyecto ha sido llevado a cabo por la estudiosa de España Isabel Rodríguez, y se fundamenta en casos reales de empresas start-up del ámbito turístico del R. Unido y España.
Ahora resumimos las siete ideas primordiales.
– Jamás pierdas de vista la realidad, por más que te hayas enamorado de tu idea. Una vez el negocio está en marcha, se puede transformar en la criatura mimada del emprendedor, a la que se quieren dar todas y cada una de las ocasiones posibles. No hay nada malo que haya un tanto de idealismo. Mas es esencial la necesidad de distinguir entre constancia y testadurez. En ocasiones es bastante difícil establecer si vamos en la dirección adecuada. De ahí que es esencial contar con un consejero externo.
– No caigas en un optimismo excesivo cuando la gente te afirma que tu idea les chifla. De ese «me agrada» o bien que desgarguen tu aplicación a que verdaderamente estén prestos a adquirir tu producto puede haber un notable recorrido.
– Es fundamental desarrollar una planificación adelantada como una previsión cautelosa. Y es que muy frecuentemente los emprendedores se concentran tanto en el cada día, que olvidan todo lo demás hasta el momento en que es demasiado tarde. Esto puede provocar, por servirnos de un ejemplo, que de súbito el negocio se quede sin “cash” para continuar adelante.
– Haz las preguntas adecuadas a las personas convenientes. Muchos emprendedores consultan con amigos y familiares para poner en práctica sus ideas, mas esta muestra va a estar sesgada. Es esencial, por servirnos de un ejemplo, lanzar preguntas abiertas a los potenciales clientes del servicio para advertir aspectos que no hayamos previsto en el proyecto inicial.
– Interacciona desde el comienzo y de forma continuada con tus clientes del servicio potenciales. Hay que estar seguros que estaremos alineados con las necesidades de los usuarios y no caer en la trampa de localizar una solución desde la propia perspectiva del innnovador. Entonces se pueden ir agregando capas de valor sobre la innovación básica.
seis.- Establece unas claras reglas del juego con tus asociados. Cuando se pone en marcha el negocio, ciertos asociados o bien inversores pueden dar como es lógico que nada va a fallar, mas puede suceder, y que entonces se vayan. De ahí que es preciso establecer un claro contrato legal para esas eventualidades.
– Crea un buen equipo. Establecer un nuevo negocio requiere 2 géneros de habilidades principales: las generales de tipo empresarial (finanzas, marketing, ventas…) y las propias más innovativas donde se desarrollará tu actividad. Asegúrate que cuentas en tu equipo con asociados, aconsejes y empleados especialistas en las áreas más esenciales.
Conclusión
En todo caso, el instante de la verdad va a llegar cuando debas vivir la experiencia por tu cuenta y recuerda que en ocasiones el descalabro es preciso para “volver a empezar el proceso de innovación de forma más fuerte y sabia que la anterior”.