En el planeta industrializado, las razones para sentirse mal se suman. Hace unos años veíamos sobre todo inconvenientes como el sobrepeso, la tensión alta, el sedentarismo… El día de hoy la gente también sufre por la soledad, el trabajo excesivo o bien las multitareas. «Hace cien años los humanos éramos cazadores, hoy somos cazados», explica Franz Linser, consultor austriaco experto en la creación de nuevos conceptos hoteleros para el turismo de salud. Linser fue uno de los comunicantes invitados en el Foro Internacional de Turismo de Maspalomas.
Usted pasó de adiestrar atletas olímpicos a directivos de empresas ¿qué tienen en común ambos perfiles?
Comencé en este negocio hace 23 años, tras haber sido entrenador del equipo nacional de esquí de Austria en los Juegos Olímpicos de Albertville mil novecientos noventa y dos. Entonces estaba muy centrado en el rendimiento deportivo de élite, pero hay otras formas de rendimiento: el mental. No rindes lo mismo como directivo cuando no estás en forma física, tienes problemas de salud, cansancio, etc.
Por eso empecé haciendo programas de salud de una semana para directivos de empresas en múltiples hoteles de Austria. Eso era en mil novecientos noventa y tres, cuando la expresión wellness (bienestar) aún no se utilizaba.
En mil novecientos noventa y seis comenzamos a desarrollar los programas para los hoteles, empezando labores de asesoría, desarrollando nuevos conceptos dependiendo de cada establecimiento, mercados emisores potenciales, equipo médico, etcétera…
¿Ustedes crean conceptos para hoteles?
Sí. Pero primero tenemos que tener algo claro. De forma frecuente los hoteles nos preguntan sobre estrategias de promoción, de qué forma vender más, etc. pero siempre y en todo momento respondemos: “hablemos primero del producto que quieren vender”. Pues cuando tienes un buen producto definido, con un equipo detrás, siempre hallarás buenos profesionales de marketing que te asistan a venderlo.
Hoy día, si echas un vistazo a las webs de hoteles o sus catálogos, puedes ver velozmente la diferencia entre el contenido real y las promesas que hacen, cuando por servirnos de un ejemplo todos usan esas mismas oraciones típicas sobre sentirse bien, los aromas de rosas y todo eso….
¿De qué manera diferenciar lo genuino de lo pretendido?
Aquellos establecimientos que tienen un contenido real pueden lanzar un mensaje claro, diciendo lo que hacen y lo que no hacen. Los hoteles y resorts que tienen un posicionamiento efectivo tienen el coraje de decir en qué son buenos y exactamente en qué no lo son.
¿Por ejemplo?
Pueden decir “No Kids” (no aceptamos pequeños) o todo lo opuesto. Pero no se quedarán en el medio.
¿Y qué no marcha?
Ciertos complejos turísticos de nieve en los Alpes o bien de sol y playa en el Mediterráneo, en sus respectivas temporadas bajas intentan promocionarse con el gancho del turismo de salud… Yo les llamo “resorts de salud a tiempo parcial”…. Y no funcionan
¿Por qué?
Pues no son creíbles. Imagínese un resort en los Alpes, lleno de gente que después de esquiar se toman sus coñacs, cigarros…Y tras unas semanas, abres las ventanas e procuras traer a la gente que quiere hacer salud, con sus dietas, etc. No funcionará porque la atmósfera de ese sitio, su ánima, no está pensada para esa otra función. Particularmente con la salud, la credibilidad es muy importante.
No obstante, ciertos establecimientos sí pueden orientarse cara el término «lifestyle complejos turísticos», que podríamos sintetizar como “algo que no es malo para tu salud” y además puedes diseñarlos a fin de que sean establecimientos “cool”, de tendencia. No eres un hotel enfocado a la salud, sino más bien a un estilo de vida sana a lo largo de las vacaciones.
¿Qué ventajas tiene ser un lifestyle resort?
Con esta estrategia no necesitas tener doctores en tu hotel, que son costosos, y puedes desarrollarla en múltiples destinos que tengan buen clima, sol, alimentos locales de calidad (pescado, etc…. Este tipo de resort puede ser bastante exitoso en los próximos años.
Volvamos al turismo de salud. ¿Qué desea el cliente?
En los hoteles y balnearios enfocados a la salud, el usuario viaja exactamente para prosperar su salud. Si vendes un programa de adelgazamiento y tu cliente del servicio desea perder cinco kilogramos, debes cumplir esa promesa, o no volverá.
Otro problema que va a más es la carencia de sueño (los americanos lo llaman «sleep deprived people»), debido a que cada vez lees más correos hasta medianoche, en las urbes jamás hay obscuridad total ni silencio… Si prometes al cliente que podrá dormir, tiene que ser de esta forma.
Nosotros somos los que decimos al hotel ¿puedes verdaderamente dar esa garantía? Y tienes que explicar las cosas bien, porque quizás en los primeros días de dieta, de un ambiente sin ruidos, etc. el cliente se sentirá extraño.
¿El turismo de salud tiene el futuro garantizado?
En el mundo industrializado, las razones para sentirse mal han cambiado. Hace unos años veíamos sobre todo inconvenientes como el sobrepeso, la tensión alta, el sedentarismo, el comer demasiado… El día de hoy la gente asimismo sufre por la soledad, el trabajo excesivo, las multitareas. Hace cien años los humanos éramos cazadores, el día de hoy somos cazados.
¿Cazados por quién?
¡Por el tiempo! “Tengo que hacer esto, debo hacer aquello, y lo otro….” De ahí que hay directivos que precisan asistir a complejos turísticos de salud para recobrar tiempo y calma interior. Saben que esa estancia les servirá para volver a tener buenas ideas y ser creativos, cosa que no sucede cuando llevas doce horas sentado… Por el hecho de que eres cazado. No puedes ir con prisas y ser creativo al tiempo.
¿Entonces el turismo de salud debe mudar?
En los últimos 15 años, el enfoque principal del turismo de salud ha sido el de mimar a la gente: un buen masaje, un baño reconfortante… Mas debido a que las razones por las cuales la gente se siente mal han alterado, debemos mudar nuestros programas también.
Y cuando los clientes conozcan un establecimiento que les da una solución a su problema concreto, van a ir y van a repetir. Y el coste será parcialmente irrelevante.
La gente hoy no precisa ser mimada, sino que necesitan soluciones para sus problemas de salud, muchos de los que son mentales hoy en día como apuntaba antes: estrés por multitareas, exceso de trabajo, falta de sueño…
¿Entonces qué género de establecimientos van a tener más éxito?
Aquellos que ofrezcan soluciones a esos problemas concretos y puedan cumplirlas. Pero van a deber concentrarse en aquello que ofrecen: si tienes un programa anti-toxinas, no desees también ofrecer un “kids club”, actividades de entretenimiento…¡No es preciso!
¿Y qué me dice de la localización?
No olvidemos que la mayor parte de los clientes del turismo de salud proceden de las grandes urbes, donde uno de los mayores inconvenientes es la carencia de naturaleza. También los americanos han sacado un nombre para esto: “Nature deficit disorder”. Con lo que tendrás que enseñar también los espacios naturales que te rodean. Y todos y cada uno de los tratamientos que puedas hacer en el exterior, hazlos. Hazme sentir tan cerca de la naturaleza como sea posible, aunque sea con un fino vidrio delante, las 24 horas de ser posible.
¿Y España tiene mucho o bien poco potencial en el turismo de salud?
España en general tiene tremendas ocasiones por su clima, naturaleza (es un país enorme, con mucha pluralidad) y una buena reputación internacional como destino. Asimismo ofrece seguridad, algo apreciadísimo actualmente si miras a otras unas partes del Mediterráneo.
España también está muy bien conectada, la gente desea venir acá, perciben cierto exotismo, una lengua bella, buena comida… Como Italia, tiene un componente de “país deseado”.
Todo esto es muy positivo, pero observen con el turismo de masas, que por definición es “too much”, muy ruidoso… Y esto no encaja con el turismo de bienestar y el de salud